Clik Aqui -- ツ

lunes, 7 de diciembre de 2015

Evangelio de HOY

Evangelio

Lucas 9, 46-50

Un día, surgió entre los discípulos una discusión sobre quién era el más grande de ellos. Dándose cuenta Jesús de lo que estaban discutiendo, tomó a un niño, lo puso junto a sí y les dijo: "El que reciba a este niño en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe también al que me ha enviado. En realidad el más pequeño entre todos ustedes, ése es el más grande".
Entonces, Juan le dijo: "Maestro, vimos a uno que estaba expulsando a los demonios en tu nombre; pero se lo prohibimos, porque no anda con nosotros". Pero Jesús respondió: "No se lo prohiban, pues el que no está contra ustedes, está en favor de ustedes".

Reflexión

Uno de los elementos más importantes del evangelio es el ir adoptando los criterios de Jesús. 
Mientras que nuestra vida, mediante todos sus "maestros", busca aleccionarnos sobre los criterios que se deben tomar para llegar a ser felices, Jesús, único maestro del cristiano, nos muestra en su evangelio lo que verdaderamente puede llevar al hombre a la felicidad. Hoy ilumina el área de nuestras aspiraciones y de nuestro trato con él. Y así, mientras que el mundo nos insiste en el poder, estatus, sabiduría, etc., Jesús cambia el criterio y presenta a un niño, que en la comunidad judaica no tenía ningún valor, era el elemento más pequeño en la escala social, que necesita de todos en todos los sentidos, el más indefenso, y afirma que para él será verdaderamente grande quien se siente necesitado como un niño y se deja amar y abrazar por él. 
Será también grande quien es capaz de renunciar a los "privilegios" que puede tener, con el fin de servir a los necesitados, a los que no tienen voz, a los marginados, a los que son como niños en la comunidad. Queda así claro cuáles son sus preferencias y por lo tanto, cuáles deben ser las preferencias de los discípulos. ¿Cómo cuadran estas preferencias de Jesús con tu vida?

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Visita de Navidad


lunes, 30 de noviembre de 2015

Amén


viernes, 27 de noviembre de 2015

Luz en el camino

Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida.
La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella.
En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce.
Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo. Entonces, le dice:
- ¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves...
Entonces, el ciego le responde:
- Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mi...
- No solo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.
Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.
Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil...Muchas veces en vez de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás...¿Cómo? A través del desaliento, la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento...
¡Qué hermoso sería sí todos ilumináramos los caminos de los demás!

Al fin encontré


lunes, 9 de noviembre de 2015

Gran ejemplo de AMOR

AMOR A LA EUCARISTÍA. Una foto impactante la de este sacerdote, derribado tras haber recibido una golpiza mientras distribuía la comunión, y que se dedicó con las fuerzas que le quedaban a recoger las partículas eucarísticas que habían caído al suelo. La imagen fue tomada por uno de los presentes momentos después del ataque, en la aldea de Gangjeong.
Sucedió en la isla de Jeju (Corea del Sur) el 8 de agosto de 2012, como entonces contó la agencia católica asiática UCAnews: el sacerdote Bartholomew Mun Jung-hyun estaba celebrando una misa a las puertas de una controvertida base naval que el gobierno estaba construyendo en la zona, y que iba a causar un impacto medioambiental muy negativo para las poblaciones locales.
El sacerdote celebraba una misa para los ciudadanos que protestaban contra la obra, y se encontraba distribuyendo la comunión, cuando la policía irrumpió y comenzó a golpear a los presentes, incluyendo al sacerdote, hasta tirarle al suelo. La diócesis de Cheju exigió inmediatamente una disculpa, pues los presentes aseguraron que uno de los policías pisoteó las partículas derramadas por el suelo. La policía negó este acto.
Pero más allá de lo ocurrido, de la brutalidad policial y de las protestas, es el gesto humilde de este sacerdote que, pisoteado y dolorido, no piensa en sí mismo sino en su Señor, lo que toca el corazón. Una imagen que dice más sobre el sacerdocio que mil tratados de teología.

sábado, 3 de octubre de 2015

En aquel tiempo ...

Evangelio

Lucas 10, 17-24

En aquel tiempo, los setenta y dos discípulos regresaron llenos de alegría y le dijeron a Jesús: "Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre".

Él les contestó: "Vi a Satanás caer del cielo como el rayo. A ustedes les he dado poder para aplastar serpientes y escorpiones y para vencer toda la fuerza del enemigo, y nada les podrá hacer daño. Pero no se alegren de que los demonios se les sometan. Alégrense más bien de que sus nombres están escritos en el cielo".

En aquella misma hora, Jesús se llenó de júbilo en el Espíritu Santo y exclamó: “¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien! Todo me lo ha entregado mi Padre y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar".

Volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: "Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven. Porque yo les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron".

Reflexión

Quisiera que centráramos nuestra atención en los últimos versículos del texto, pues creo que realmente nosotros somos muy afortunados, los que vivimos en estos últimos tiempos; nosotros que hemos tenido la dicha de escuchar la Palabra del Señor y llenarnos de su amor y de su paz. 

Esto me lleva a pensar en todos los hermanos que no han escuchado nunca este mensaje o peor aún, en los que lo han escuchado y lo han rechazado, sin darse cuenta de que esto los priva de la felicidad y del amor que Dios nos ofrece. Es realmente triste darnos cuenta de que, aún hoy en día, como en los tiempos de Jesús, la gente sigue tan metida en sus propias cosas que no son capaces de poner atención al mensaje del Evangelio. 

Por eso nosotros, en especial tú que hoy estás leyendo este evangelio, eres realmente afortunado, pues estoy seguro que si continúas diariamente leyendo y profundizando en el mensaje de Jesús, esto traerá para tu vida muchas gracias y bendiciones; tu vida y la de tu familia se enriquecerán enormemente. Dale gracias a Dios por haberte concedido tener acceso a las maravillas de su amor, y continúa extasiándote con todo lo que Dios hace día con día en tu vida.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Dios nos dice HOY

Evangelio

Lucas 9, 46-50

Un día, surgió entre los discípulos una discusión sobre quién era el más grande de ellos. Dándose cuenta Jesús de lo que estaban discutiendo, tomó a un niño, lo puso junto a sí y les dijo: "El que reciba a este niño en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe también al que me ha enviado. En realidad el más pequeño entre todos ustedes, ése es el más grande".

Entonces, Juan le dijo: "Maestro, vimos a uno que estaba expulsando a los demonios en tu nombre; pero se lo prohibimos, porque no anda con nosotros". Pero Jesús respondió: "No se lo prohiban, pues el que no está contra ustedes, está en favor de ustedes".

Reflexión

Uno de los elementos más importantes del evangelio es el ir adoptando los criterios de Jesús. 

Mientras que nuestra vida, mediante todos sus "maestros", busca aleccionarnos sobre los criterios que se deben tomar para llegar a ser felices, Jesús, único maestro del cristiano, nos muestra en su evangelio lo que verdaderamente puede llevar al hombre a la felicidad. Hoy ilumina el área de nuestras aspiraciones y de nuestro trato con él. Y así, mientras que el mundo nos insiste en el poder, estatus, sabiduría, etc., Jesús cambia el criterio y presenta a un niño, que en la comunidad judaica no tenía ningún valor, era el elemento más pequeño en la escala social, que necesita de todos en todos los sentidos, el más indefenso, y afirma que para él será verdaderamente grande quien se siente necesitado como un niño y se deja amar y abrazar por él. 

Será también grande quien es capaz de renunciar a los "privilegios" que puede tener, con el fin de servir a los necesitados, a los que no tienen voz, a los marginados, a los que son como niños en la comunidad. Queda así claro cuáles son sus preferencias y por lo tanto, cuáles deben ser las preferencias de los discípulos. ¿Cómo cuadran estas preferencias de Jesús con tu vida?

miércoles, 26 de agosto de 2015

Estás con Él o contra Él

Evangelio

Marcos 6, 17-29

En aquel tiempo, Herodes había mandado apresar a Juan el Bautista y lo había metido y encadenado en la cárcel. Herodes se había casado con Herodías, esposa de su hermano Filipo, y Juan le decía: "No te está permitido tener por mujer a la esposa de tu hermano". Por eso Herodes lo mandó encarcelar.

Herodías sentía por ello gran rencor contra Juan y quería quitarle la vida, pero no sabía cómo, porque Herodes miraba con respeto a Juan, pues sabía que era un hombre recto y santo, y lo tenía custodiado. Cuando lo oía hablar, quedaba desconcertado, pero le gustaba escucharlo.

La ocasión llegó cuando Herodes dio un banquete a su corte, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea, con motivo de su cumpleaños. La hija de Herodías bailó durante la fiesta y su baile le gustó mucho a Herodes y a sus invitados. El rey le dijo entonces a la joven: "Pídeme lo que quieras y yo te lo daré". Y le juró varias veces: "Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino".

Ella fue a preguntarle a su madre: "¿Qué le pido?" Su madre le contestó: "La cabeza de Juan el Bautista". Volvió ella inmediatamente junto al rey y le dijo: "Quiero que me des ahora mismo, en una charola, la cabeza de Juan el Bautista".

El rey se puso muy triste, pero debido a su juramento y a los convidados, no quiso desairar a la joven, y enseguida mandó a un verdugo que trajera la cabeza de Juan. El verdugo fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una charola, se la entregó a la joven y ella se la entregó a su madre.

Al enterarse de esto, los discípulos de Juan fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron.

Reflexión

Este pasaje que hemos leído, nos pone de frente a uno de los grandes problemas que tiene que afrontar el hombre: la fidelidad. 


Por un lado, tenemos a Juan el Bautista que, sin temor, se declara abiertamente en pro de la ley de Dios y denuncia con valentía el mal proceder del rey. Por otro lado, tenemos al rey, que prefiere matar a un inocente que retractarse, simplemente por el "qué dirán". Uno ofrece su vida abiertamente sin importarle la misma muerte, el otro se acobarda por una posición delante de una sociedad corrompida. 

Este caso nos invita a reflexionar y a tomar partido. Ya Jesús lo había dicho: "O estás conmigo o estás contra mi". Es decir, no podemos estar en zona neutral, pues "el que no recoge, desparrama". Es, pues, necesario hacer una opción que nos va a conducir en nuestra vida a reaccionar como Herodes o como Juan el Bautista. 

O somos cristianos de tiempo completo y tomamos partido por la justicia, la paz y el amor; o seremos cobardes que nos escondemos detrás de la ley, de las políticas de nuestra oficina, gobierno o institución, para que no se vean afectados nuestros intereses. 

Juan dio su vida por amor a la verdad que Dios reveló, ¿estarías tú dispuesto a hacer lo mismo?

martes, 25 de agosto de 2015

Dios nos dice HOY

Evangelio

Mateo 23, 23-26

En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: "¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, pero descuidan lo más importante de la ley, que son la justicia, la misericordia y la fidelidad! Esto es lo que tenían que practicar, sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito, pero se tragan el camello!

¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera los vasos y los platos, mientras que por dentro siguen sucios con su rapacidad y codicia! ¡Fariseo ciego!, limpia primero por dentro el vaso y así quedará también limpio por fuera". 

Reflexión

El evangelio de hoy nos enseña que la ley, que es buena cuando uno busca crecer en el amor de Dios, se convierte en un monstruo contra el cual se tiene que estar luchando. 

Es importante cumplir la ley, pero este cumplimiento no es un cumplimiento irracional, sino que debe llevarnos a lo que inspiró al legislador, que es amar y tener misericordia de los demás, reconociendo que, el único legislador y juez, es Dios. 

Pensemos pues, hoy, ¿cómo estamos viviendo la ley? ¿Vamos a misa el domingo sólo porque está escrito en la ley, o porque realmente queremos amar más al Señor?

lunes, 17 de agosto de 2015

Evangelio y Reflexión del dia

Mateo 19, 16-22

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un joven y le preguntó: "Maestro, ¿qué cosas buenas tengo que hacer para conseguir la vida eterna?" Le respondió Jesús: "¿Por qué me preguntas a mí acerca de lo bueno? Uno solo es el bueno: Dios. Pero, si quieres entrar en la vida, cumple los mandamientos". Él replicó: "¿Cuáles?" 

Jesús le dijo: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, ama a tu prójimo como a ti mismo.

Le dijo entonces el joven: "Todo eso lo he cumplido desde mi niñez, ¿qué más me falta?" Jesús le dijo: "Si quieres ser perfecto, ve a vender todo lo que tienes, dales el dinero a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme". Al oír estas palabras, el joven se fue entristecido, porque era muy rico. 

Reflexión

A la pregunta que le hace este joven a Jesús sobre qué cosa es necesaria para alcanzar la vida eterna (que puede ser traducida como: "entrar en el Reino", esto es: para ser feliz), él le responde: "cumple los mandamientos". 

No le pide otra cosa. Es decir, lo mínimo que necesitamos para que nuestra vida se desarrolle dentro del Reino, es ser fieles a nuestros compromisos bautismales. Hoy en día, como seguramente lo fue en tiempos de este joven, la gente no es feliz, pues, no vive de acuerdo a estos simples principios establecidos por Dios, y que tienen como objeto, advertirnos de todo aquello que es dañino para nuestra vida. 

La ley, podríamos compararla al aviso que le da la mamá al niño para que no se coma el pastel caliente, que aunque se presenta muy sabroso, ella sabe bien que le hará mal, lo enfermará del estómago. Dios nos ha instruido sobre todo aquello que nos destruye y nos roba la felicidad, por eso Jesús le dice: "Cumple la ley". 

Si queremos que nuestra vida tenga las características del Reino, que se desarrolle en la alegría y la paz de Dios, que pueda ser plenamente feliz, debemos empezar por cumplir los mandamientos. ¿Por qué no haces hoy una pequeña revisión de cómo estás viviendo esta enseñanza de Jesús? Pregúntate si en realidad estás buscando vivir los mandamientos.

viernes, 7 de agosto de 2015

Los 3 escalones de la Evolución Personal

La vida siempre plantea retos. Pero es más importante cómo ves esos retos.

Las personas durante su vida, pasan por tres escalones, los llamaremos "Los 3 escalones de la evolución personal".
Aquí no te puedes brincar de un salto para llegar del primero al tercero. Tienes que pisar por cada uno. Hay personas que se quedan para siempre en el primer o segundo escalón. Tu desafío, como en un juego, es llegar al tercero.


Estos son los tres escalones de la evolución personal:

1.- Sufrir.
"¿Por qué Dios no se apiada de mi?" "¿Por qué las personas son tan malas?" "¿Por qué me tiene que pasar esto a mi?". Esta forma de pensar cierra todas tus posibilidades de crecer. Hace que te encierres en un círculo vicioso de tristeza, del que rara vez escapas durante tu vida.

2.- Aprender de las derrotas.
Es la mentalidad de "¿Qué puedo aprender de esto que me está pasando?" "¿Qué puedo hacer al respecto?".
Este es el segundo escalón de la evolución personal.
Superas la mentalidad de sufrir y comienzas a crecer. Pero este escalón solo es una verdad a medias. Si te quedas en él, serás una luchadora incansable que se enfocará en el éxito desde el punto de vista social: dinero, casa, familia, etc. Y tarde o temprano durante tu vida, en especial cuando estés a punto de llegar a la vejez, te darás cuenta que has estado pedaleando en el vacío "¿Qué sentido tiene todo lo que estoy haciendo? Algo me falta".
Pero si luchas con tenacidad por encontrar la respuesta, tarde o temprano subirás al tercer escalón...

3.- El propósito de tu vida.
Llegarás a ver tu vida, no como un mero accidente, sino como una misión de vida que tienes que llevar a cabo.
Te voy a pedir que retrocedas en el pasado 10 años. Y veas como cada una de las acciones de tu vida, te llevaron cuidadosamente al momento que estás viviendo hoy.
Verás con claridad que cada persona y circunstancia de tu pasado, parecen acomodarse como si fueran piezas de un rompecabezas.
Descubrirás que el que te despidieran de tu trabajo, te obligó a ir por sendas que ahora estás muy agradecida. Comprenderás que el que tu novio te dejara, te llevó a conocer al hombre de tu vida con el que actualmente estás casada. Cada hecho está ligado con el siguiente.

Cuando llegues al tercer escalón, el éxito social será secundario para ti.
Al contrario de las personas que están en el escalón 1 y 2, que se enfocan en recibir, cuando estés en el escalón 3, te concentrarás en dar.
Tu vida será una mágica aventura. Vivirás en el presente, preguntándote que tiene que ver determinada persona o circunstancia con tu misión.

La única forma de que seas feliz plenamente, es estando en el escalón 3.
En el 1, imposible. En el 2, es un parche, solo de forma temporal te sentirás bien mientras recibes aprobación de los demás por tu éxito social. Solo en el escalón 3 encontrarás sentido a tu vida. Porque sabrás que no estás por accidente.
Sabrás que tu vida tiene un propósito.
Cuando cambies de enfoque interior para buscarlo, los maestros aparecerán para enseñarte lecciones y dirigirte a cumplir tu misión.
Pueden presentarse en la forma de un amigo, un niño o una nota en el periódico que por arte de magia aparecerá.

No es coincidencia. Recibirás pistas a lo largo de tu vida, que te dirán que hacer.
Solo mantente alerta y sigue tu intuición.

Así que recuerda: solo cuando estés en el tercer escalón de la evolución personal experimentarás esa sensación interior de plenitud. Tu vida tiene un propósito y tu tarea es descubrirlo.
Y tú ¿En que escalón te encuentras?

jueves, 6 de agosto de 2015

Oración por los enfermos

ORACION PARA PEDIR LA SALUD
Padre nuestro, que estás en los cielos, al igual Que el sol ilumina la tierra y le da color y vida, él Nos recuerda tu amor.
Porque es en ti en quien vivimos, Nos movemos y existimos.
De la misma manera que has estado entre nosotros muchas veces.
A la hora de la dificultad, en el pasado, continúa bendiciéndonos ahora con tu ayuda.
Mira, Señor, con bondad lo que se está haciendo en provecho mío.
Guía con sabiduría al médico y todos los que cuidan de mis necesidades.
Préstales tu fuerza curativa, para que me sea devuelta la salud y la fortaleza.
Y te daré gracias Por tu generoso y solícito cuidado. Por Cristo Nuestro Señor.
Amén.

martes, 4 de agosto de 2015

Tengo Fé de roca o de arena ?

Evangelio

Mateo 14, 22-36

En aquel tiempo, inmediatamente después de la multiplicación de los panes, Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca y se dirigieran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Después de despedirla, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba él solo allí.

Entre tanto, la barca iba ya muy lejos de la costa y las olas la sacudían, porque el viento era contrario. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el agua. Los discípulos, al verlo andar sobre el agua, se espantaron y decían: "¡Es un fantasma!" Y daban gritos de terror. Pero Jesús les dijo en seguida: "Tranquilícense y no teman. Soy yo". 



Entonces le dijo Pedro: "Señor, si eres tú, mándame ir a ti caminando sobre el agua". Jesús le contestó: "Ven". Pedro bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua hacia Jesús; pero al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, comenzó a hundirse y gritó: "¡Sálvame, Señor!" Inmediatamente Jesús le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo: "Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?"

En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en la barca se postraron ante Jesús, diciendo: "Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios".

Terminada la travesía, llegaron a Genesaret. Apenas lo reconocieron los habitantes de aquel lugar, pregonaron la noticia por toda la región y le trajeron a todos los enfermos. Le pedían que los dejara tocar siquiera el borde de su manto; y cuantos lo tocaron quedaron curados.

Reflexión

Decir que se tiene fe cuando todo marcha sobre ruedas, cuando la economía florece, cuando la salud no se quebranta, cuando el mundo abre sus flores para nosotros, ciertamente es fácil. 

Sin embargo, la verdadera fe se prueba desafiando el mar, confiando ciegamente en el poder, el amor y la misericordia de Dios. La verdadera fe es la que nos hace permanecer de pie en medio del mar cuando las olas y el viento se embravecen; cuando se pierde la salud, los negocios se tambalean, la fama y el honor se deterioran y se pone en juego todo lo que tenemos.

El evangelio de hoy nos hace ver lo que significa creer que Jesús es verdaderamente, como lo reconocerán al final los demás, “el Hijo de Dios”. Pedro desafía el mar y el viento, se dispone a hacer lo que parecería imposible para un hombre, pero confiado en la palabra de Jesús que le ha dicho “ven”, se lanza a la aventura de la fe. La prueba es fuerte y la fe se debilita, sin embargo, Jesús está cerca de él y jamás permitirá que su intento fracase.

En medio de nuestras pruebas, de nuestros hundimientos y naufragios, Jesús está ahí, para darnos una mano y llevarnos de nuevo al puerto. Jesús nos llama a hacer lo que parece ser imposible para el hombre: ser santos. Baja de la barca de tu seguridad y camina hoy hacia Él.

sábado, 1 de agosto de 2015

Hoy quiero regalarte ..

Hoy quiero regalarte mi sincera amistad para que cuando tu alma añore un Amigo sin pensarlo me busques y pueda correr a tu lado.
Hoy quiero regalarte mis mejores sonrisas para que cuando tus lágrimas escurran tras la cascada de tu mejilla en un día gris sean mis risas las que iluminen tus tristezas. 


Hoy quiero regalarte mis grandes sueños para que cuando en tu mente exista un vacío sean aquellos bosques cubiertos de invierno los que atrapen la atención de tu pensamiento.
Hoy quiero regalarte la fuerza de mis manos para que cuando tus tobillos se cansen mis hombros te sirvan de fuerza al andar.
Hoy quiero regalarte la suavidad de una caricia para que cuando tu cuerpo sienta frío sean mi hoguera el calor que te arrulle.
Hoy quiero regalarte una rosa roja para que cuando cariño extrañe tu mano sea un pétalo la fuente que te acaricie.
Hoy quiero regalarte un ramo de abrazos para que cuando los tropiezos te dificulten el andar sean mis ánimos una esperanza que te ayuden a continuar.
Hoy quiero regalarte una estrella joven para que cada que el sol descanse sea esa fiel luz la que te acompañe.
Hoy quiero regalarte un pedacito de humildad para que cuando los éxitos engrandezcan tu persona sea la sabiduría el aire mágico que te hagan valorar lo que otros desprecian al llegar a una nueva orilla.
Hoy quiero regalarte el silencio de mis labios para que cuando tu voz necesite ser escuchada sean mi atención y mi apoyo el horizonte que alberguen tus palabras ahogadas...
Hoy quiero regalarte mi cariño sincero para que cuando sientas que nadie te acompaña recuerdes que en paisajes verdes o valles áridos mi pensamiento siempre te lleva de la mano.
Hoy quiero regalarte un abrazo inmenso para que cuando necesites sentir tus fuerzas sean mis manos el puerto de tus emociones.
Hoy quiero regalarte también un par de lágrimas para que se alberguen entre tu alma y corazón así si algún segundo la soberbia daña tu andar sea una muestra de sensibilidad ajena la que te ayude a no cometer injusticias.
Hoy quiero desearte que la felicidad te bañe todos los días y compartas tus alegrías con los seres que amas para que cuando creas que caminar en la soledad mil angelitos resguarden tu mirada.
Hoy quiero regalarte algo no valioso en dinero porque el oro mata los valores y los sentimientos quiero que lo que hoy te brindo en tus manos sea tan tuyo que solo tu corazón pueda escucharlo....
Hoy quiero decirte frases llenas de palabras únicas hoy quiero ser diferente a todo el mundo y que en mis pensamientos que te obsequio al cerrar tus ojos tu corazón mire a través de tu ternura.
Hoy quiero regalarte un bello tierno que transforme tus miradas en luceros mientras el tiempo con tus sueños baila.
Hoy quiero poner una sonrisa en tus labios para que tu corazón respire con tus emociones y sean tus labios un mar que estremezcan cualquier playa.
Hoy quiero mirar tus ojos a través del cielo para que con el susurro del viento este pensamiento al oído te cante.
Hoy quiero escuchar la melodía de tus ojos para que cuando tus cabellos acaricien tu espalda sea tu alma una fortaleza de tu delicadeza.
Hoy quiero obsequiarte lo más bello que puedas recibir; mientras transformas estas líneas en un espejo donde la ternura que aquí encuentres, donde la belleza que aquí nazca simplemente eres con tu mirada sonriendo.
Hoy quiero............


Cuando la mano de Dios se mueve..

Evangelio

Mateo 14, 1-12

En aquel tiempo, el rey Herodes oyó lo que contaban de Jesús, y les dijo a sus cortesanos: "Es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él fuerzas milagrosas". 

Es que Herodes había apresado a Juan y lo había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, pues Juan le decía que no le estaba permitido tenerla por mujer. Y aunque quería quitarle la vida, tenía miedo a la gente, porque creían que Juan era un profeta. 

El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías bailó delante de todos, y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera. Ella, aconsejada por su madre, le dijo: "Dame, sobre esta bandeja, la cabeza de Juan el Bautista". 

El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por no quedar mal con los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó degollar a Juan en la cárcel. Trajeron, pues, la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven y ella se la llevó a su madre. 

Después vinieron los discípulos de Juan, recogieron el cuerpo, lo sepultaron, y luego fueron a avisarle a Jesús.

Reflexión

Este pasaje evangélico nos deja, al menos, dos grandes enseñanzas: la primera, es que no debemos dejarnos llevar por nuestras emociones, pues por lo general, en ese momento, nuestra cabeza no está conectada con el cerebro y podemos, como en el caso de hoy, cometer graves imprudencias que, incluso, pueden desatar graves e irreversibles consecuencias en nuestra vida y en la de los demás. 

Cuando uno se emociona o las pasiones se excitan, el demonio sabe que tenemos poco poder sobre la voluntad y, ni tardo ni perezoso, vendrá a sugerirnos una tontería. La otra enseñanza, es que las promesas que se hacen, cuando éstas nos llevan a un pecado, no podemos bajo ninguna circunstancia, cumplirlas y es mejor pasar por ridículo, enemigo o cualquier clase de humillación, antes que hacer algo que Dios reprueba. 

Esto incluye cualquier situación embarazosa en la que podemos caer en el trabajo, con los amigos, etc. Estas dos situaciones, generalmente, vienen juntas (aunque no forzosamente) y debemos tener siempre el coraje de afrontarlas y de negarnos rotundamente a hacer lo que no le es propio a un cristiano, incluso, cuando esto nos pudiera llevar a la misma muerte. Es por ello peligroso, tomar más de lo que se debe, o ponerse en situaciones en donde la emoción y las pasiones nos puedan ganar. Una vida moderada es siempre la mejor aliada para vivir con paz y alegría.

lunes, 20 de julio de 2015

Palabra de HOY

Evangelio

Mateo 12, 38-42

En aquel tiempo, le dijeron a Jesús algunos escribas y fariseos: "Maestro, queremos verte hacer una señal prodigiosa". Él les respondió: "Esta gente malvada e infiel está reclamando una señal, pero la única señal que se le dará será la del profeta Jonás. Pues de la misma manera que Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre de la ballena, así también el Hijo del hombre estará tres días y tres noches en el seno de la tierra.

Los habitantes de Nínive se levantarán el día del juicio contra esta gente y la condenarán, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay alguien más grande que Jonás.

La reina del Sur se levantará el día del juicio contra esta gente y la condenará, porque ella vino de los últimos rincones de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien más grande que Salomón".

Reflexión

Hoy en día, todavía nuestra generación busca de Jesús una señal prodigiosa para creer: "Señor sana a mi hijo", "Señor, que consiga un buen trabajo", "Señor, ...". 

Lo triste del asunto es que después de recibir la señal, no bastándonos la prueba y señal eclatante de su resurrección, la respuesta de fe de muchos de nuestros cristianos es insignificante. ¿Cuántas veces hemos recibido lo que hemos pedido? Y, ¿cómo ha sido nuestra respuesta después de haberlo recibido? Después de que Jesús nos ha dado la muestra de su amor, la fe no se desarrolla. Por unas semanas vamos a misa o hacemos algo más de lo que hacíamos, pero rápidamente se nos olvida y la conversión no crece, no madura.

No seamos de los que buscan a Jesús por sus milagros y las muestras de su amor, sino más bien de los que buscan al Señor de los milagros para rendirle nuestro amor.

viernes, 17 de julio de 2015

Dios nos dice HOY ...

Evangelio

Mateo 12, 1-8

Un sábado, atravesaba Jesús por los sembrados. Los discípulos, que iban con él, tenían hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerse los granos. Cuando los fariseos los vieron, le dijeron a Jesús: "Tus discípulos están haciendo algo que no está permitido hacer en sábado".

Él les contestó: "¿No han leído ustedes lo que hizo David una vez que sintieron hambre él y sus compañeros? ¿No recuerdan cómo entraron en la casa de Dios y comieron los panes consagrados, de los cuales ni él ni sus compañeros podían comer, sino tan sólo los sacerdotes?

¿Tampoco han leído en la ley que los sacerdotes violan el sábado porque ofician en el templo y no por eso cometen pecado? Pues yo digo que aquí hay alguien más grande que el templo.

Si ustedes comprendieran el sentido de las palabras: Misericordia quiero y no sacrificios, no condenarían a quienes no tienen ninguna culpa. Por lo demás, el Hijo del hombre también es dueño del sábado".

Reflexión

Jesús nos advierte con este pasaje, del peligro de convertir la ley en la única norma de la vida, olvidándonos de los demás valores. No es que la ley sea mala, lo cual ya nos lo ha dicho san Pablo, sino que pude convertirse en una verdadera cadena que no nos deja vivir. 

De aquí la importancia de la vida en el Espíritu, ya que Éste hace que la ley se convierta en amor. Son muchas nuestras obligaciones diarias, las cuales pueden ser vividas bajo la ley o bajo el Espíritu. Yo puedo ir todos los días a trabajar, y hacerlo por amor y con gusto, o como una verdadera carga; puedo cumplir con mis obligaciones religiosas (como asistir a misa) de una manera rutinaria y sólo por cumplir la ley, o puedo hacerlo por amor y con gusto. 

El Señor lo que quiere es que cumplamos la ley, pero sin olvidar que, sobre la ley, siempre estará la caridad. Nuestra oración diaria hace de la ley una experiencia de amor.

lunes, 13 de julio de 2015

Toma tu cruz y sigueme

Evangelio

Mateo 10, 34-11, 1

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "No piensen que he venido a traer la paz a la tierra; no he venido a traer la paz, sino la guerra. He venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y los enemigos de cada uno serán los de su propia familia.
El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que salve su vida, la perderá y el que la pierda por mí, la salvará.
Quien los recibe a ustedes, me recibe a mí; y quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado.
El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá recompensa de profeta; el que recibe a un justo por ser justo, recibirá recompensa de justo.

Quien diere, aunque no sea más que un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, por ser discípulo mío, yo les aseguro que no perderá su recompensa".
Cuando acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, Jesús partió de ahí para enseñar y predicar en otras ciudades.

ReflexiónEn este pasaje, Jesús afirma la superioridad del Reino sobre cualquier otro valor en el mundo, incluyendo los más valiosos, como puede ser la misma familia. Debemos notar que el término que utiliza Jesús es un término de relatividad, es decir: "más que". Por ello, cuando cualquier valor se opone al Reino, aquél debe ser tenido por menos. 


Y es que la realidad y los valores del mundo, como lo ha hecho ver Jesús, muchas veces son diversos e incluso contrarios, a los del Reino, lo que crea un antagonismo de parte del mundo contra el cristiano. La misma familia no está exenta de esta realidad. Es la invitación clara de Jesús de llevar nuestra vida cristiana hasta las últimas consecuencias. 

Esto no es fácil, por ello dice: "el que no toma su cruz y me sigue" pues, si es difícil ser rechazado por el mundo, lo es mucho más serlo por la propia familia. No se trata de rechazar ni al mundo ni a la familia ni a los amigos, se trata de amar, por sobre todas las cosas, a Jesús y la vida evangélica, y de hacer una opción radical que nos lleve a transparentar a Jesús. Es una opción de fidelidad TOTAL.

sábado, 11 de julio de 2015

El saco de carbón

Un día, entre en casa dando patadas en el suelo y gritando muy enfadada. Mi madre, me llamó. Y yo, la seguí, diciendo en forma irritada:

–Mama, ¡Te juro que tengo mucha rabia! Marta no debió hacer lo que hizo conmigo. Por eso, le deseo todo el mal del mundo, ¡Tengo ganas de matarla!

Mi madre, una mujer normal, pero llena de sabiduría, me escuchaba con calma y yo continuaba diciendo:

– Imagínate que la muy estúpida me humilló frente a mis amigas. ¡No acepto eso! Me gustaría que se pusiera enferma para que no pudiera ir más a la escuela.

Mi madre siguió escuchando y se dirigió hacia una esquina del garaje de la casa, de donde tomó un saco lleno de carbón el cual llevó hasta el final del jardín y me propuso:

– ¿Ves aquella sabana blanca que está en el tendedero? Hazte la idea de que es Marta y cada pedazo de carbón que hay en esta bolsa es un mal pensamiento que va dirigido a ella. Tírale todo el carbón que hay en el saco, hasta el último pedazo. Después yo regresare para ver como quedó.

Yo lo tome como un juego y comencé a lanzar los carbones pero como el tendedero estaba un algo lejos, pocos de ellos acertaron la sabana. Cuando, mi madre regresó y me preguntó:

– Hija ¿Qué tal te sientes?

Yo le respondí – Cansada pero alegre. He acertado algunos pedazos de carbón a la sabana.

Mi madre me tomo de la mano y le dijo:


- Ven conmigo quiero mostrarte algo.

Me colocó frente a un espejo que me permitía ver todo mi cuerpo. ¡Qué susto! Estaba casi todo negro y sólo se le veían los la boca y los ojos. En ese momento mi madre me dijo:

– Lu, cómo has podido observar la sabana ha quedado un poco sucia pero no es comparable a lo sucia que estas tú. El mal que deseamos a otros se nos devuelve y multiplica en nosotros. Por más que queramos o podamos perturbar la vida de alguien con nuestros pensamientos, o acciones los residuos y la suciedad siempre quedan en nosotros mismos.

El rencor y el resentimiento son sentimientos que nos hacen mucho daño, perdona y deja marchar ese sentimiento que tanto te duele, el perdón es para ti no para la persona que te ha herido.

jueves, 9 de julio de 2015

La Mariposa

Un hombre encontró un capullo de una mariposa y se lo llevó a casa para poder ver a la mariposa cuando saliera del capullo.

Un día vió que había un pequeño orificio y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por abrirlo mas grande y poder salir.

El hombre vió que la mariposa forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento.

Parecía que se había atascado. Entonces el hombre, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera cortó al lado del agujero para hacerlo más grande y ahí fue que por fin la mariposa pudo salir del capullo. Sin embargo, al salir la mariposa tenía un cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.

El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba.

Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas. Nunca pudo llegar a volar.

Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió, fué que la restricción de la apertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa, para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar.

La libertad y el volar solamente podían llegar luego de la lucha. Al privar a la mariposa de la lucha, también le fué privada su salud.

Algunas veces las luchas son lo que necesitamos en la vida. Si la naturaleza nos permitiese progresar por nuestras vidas sin obstáculos, nos convertiría en inválidos. No podríamos crecer y ser tan fuertes como podríamos haberlo sido.

Cuánta verdad hay en esto! Cuántas veces hemos querido tomar el camino corto para salir de dificultades, tomando esas tijeras y recortando el esfuerzo para poder ser libres.

Necesitamos recordar que nunca recibimos más de lo que podemos soportar y que a través de nuestros esfuerzos y caídas, somos fortalecidos así como el oro es refinado con el fuego.

Nunca permitamos que las cosas que no podemos tener, o que no tenemos, o que no debamos tener, interrumpan nuestro gozo de las cosas que tenemos y podemos tener. Nunca pensemos ni nos enfoquemos en lo que no tenemos, disfrutemos cada instante de cada día por lo que tenemos y nos ha sido dado!!!

martes, 7 de julio de 2015

Debemos orar al Señor

El Evangelio de hoy 
Mateo 9, 32-38

En aquel tiempo, llevaron ante Jesús a un hombre mudo, que estaba poseído por el demonio. Jesús expulsó al demonio y el mudo habló. La multitud, maravillada, decía: "Nunca se había visto nada semejante en Israel". Pero los fariseos decían: "Expulsa a los demonios por autoridad del príncipe de los demonios".

Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y dolencia. Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos".  



Reflexión 
En este mundo individualista, en el que muchos de nuestros hermanos viven sólo para sí mismos, sin ver a los demás, Jesús nos recuerda que no estamos ni viajamos solos. Jesús vio a todas estas personas que necesitaban de alguien que los instruyera, que los ayudara a mejorar su vida, a descubrir y construir el Reino de los cielos, y dice la Escritura que: "Tuvo compasión de ellos". 

Si la evangelización y la promoción social, a la que nos invita el Evangelio, no avanza, o no avanza como debiera, es porque a muchos de los cristianos nos falta "sentir compasión" de aquellos que no conocen la verdad del Evangelio, porque sólo pensamos en nosotros mismos, porque es suficiente que yo conozca a Jesús, me reúna con mis hermanos a orar y a dar gloria a Dios, sin pensar que, también nosotros, somos el medio para que otros lo conozcan y lo amen; porque si el Evangelio se separa de la caridad y del servicio, se convierte en una filosofía.

Debemos orar al Señor que envíe operarios a la mies. Sí, pero sería más importante, al menos en estos momentos de la historia, orar para que el Señor nos haga reconocer, en nosotros mismos, a estos operarios, para que el Señor verdaderamente mueva nuestro corazón a la compasión por los demás y al celo por el Evangelio.